Pambolímetro... con Carlinpt

• Las resacas de Sudáfrica
• El accidente del triunfo

Arranca el Apertura 2010 y lo primero que vino a mi mente fue aquel lejano junio, cuando en Sudáfrica comenzaba el Mundial y todos estábamos con la verde; muchos hicieron sandwich... y otros tantos lo confesaron "me hicieron sandwich". Pero la mayoría de nosotros cruzamos los dedos para llegar a cuartos de final y por revivir hazañas. Quizá Guardado anotaba un gol tipo Negrete, tal vez Chicharito se volvía una revelación... tal vez el quinto partido no sea un mito de las televisoras y sea una realidad... al final, tan sólo fue una falacia.

Cuatro semanas después regresamos al punto de partida, acá donde no somos tricolores, sino todo lo contrario, defendemos la identidad por un club y el irredentismo local subsume el sentimiento nacional: habemos amarillos, rojos, rayados, azules... felinos, aves, etcétera. En fin.

Luego del mundial esperaba ver encuentros alucinantes y eléctricos, donde el futbol de fantasía me hiciera añorar todo aquello que tampoco vi en el Mundial. Pero no sucedió. La liga mexicana presume un futbol trompicado y pastoso, sin creatividad ni desequilibrio, pero al igual que muchas cosas: no escogemos la familia a la que llegamos, ni el futbol que nos toca pambolear. Y mientras cosas cambian, uno aprende a acostumbrarse.

El accidente del triunfo lo marcaron los Pumas. Toluca dominó, amedrentó la portería y tuvo llegadas muy claras... sin embargo no anotó. Para ser honestos, el primer gol exhibió descaradamente la lentitud de la defensa puma y lo mal organizado que está el cuadro bajo universitario.

Adelante los Pumas tampoco tienen mucho. Dante falla cuanto puede y ahora, hasta se hace expulsar. Cacho, canterano cementero, si llega a meter 5 goles en los siguiente 18 partidos habrá hecho una hazaña, dentro de su magro promedio por temporada. Y Palencia... quien corre mucho y se cae mucho, pero otro delantero que no anota.

El triunfo fue azaroso: con un autogol se consiguió el empate... y con una bella genialidad se remontó el marcador. ¿Pero en el fondo, qué es el futbol si no un suma de azares y accidentes?

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